lunes, 17 de octubre de 2011

DEPRESION Y ANSIEDAD UNA REALIDAD


¿QUE ES LA DEPRESION?



La depresión es un estado cuyas características son el decaimiento, una profunda tristeza e infelicidad, y la inhibición de funciones psíquicas. El orígen etimológico de la palabra viene del latín depressus, que quiere decir abatido, lo que grafica bastante bien al estado en cuestión. Hoy en día es reconocida como una enfermedad tratable, que afecta a un creciente número de personas.

Debido a la ajetreada, complicada y extenuante, que es la vida hoy en día, es que la depresión, es la enfermedad número uno, dentro de la psicología. Son pocas las personas, que no llegan a sentir, en algún momento de su existencia, algún tipo de depresión. Y es que la depresión, puede atacar en distintos grados. Nos puede atacar de manera leve o grave y en todos los grados intermedios. Incluso, la depresión puede ser transitoria o permanente, en el caso de las depresiones endógenas.

Por lo general, las personas que sufren de depresión, señalan que se sienten tristes. Infelices, abatidos, agotados, sin muchas fuerzas ni animo, como para realizar actividades. Por lo general, no desean salir de sus casas, para ninguna actividad. Es más, muchas de las personas que sufren de depresión, buscan el estar constantemente acostados o durmiendo. Se encierran en su mundo y en su pieza o casa.

Ya en la antigua Grecia, los filósofos, hablaban de la depresión. Ellos la llamaban melancolía, la cual tenía distintos estadios. Aquella conceptualización, duró por varios siglos. Ya para el Renacimiento italiano, el concepto de melancolía, aumentó el número de afecciones, que abordaban al ser humano. Por ende, frente a cualquier estado de tristeza, de pesadumbre, o estado sombrío, se le constataba como un estado de melancolía.

El término depresión, no se llegó a usar, hasta comienzos del siglo XVIII. De manera posterior, la palabra o concepto depresión, se fue puliendo como término. Ya para inicios del siglo XX, se tenía una comprensión más acabada, de lo que significaba tener o padecer depresión, a un nivel clínico y psicológico.

La depresión, puede tener causas naturales o medioambientales, que son las más frecuentes o también genéticas, las que son las más difíciles de tratar. La depresión mal tratada o no tratada, puede llevar a casos extremos, como la pérdida del trabajo o rupturas laborales, por el desgano y angustia que vive la persona.

Los tratamientos, para la depresión, son bastante diversos. Están aquellos que se basan en el psicoanálisis, la psiquiatría, que mezcla el tratamiento psicológico, con el farmacológico, incluso la internación clínica, cuando los casos son extremos. Ya que una depresión muy agresiva, que no se trata a tiempo, puede llevar al suicidio. Por lo mismo, es que la depresión, es una enfermedad, que no se puede tomar a la ligera.

Lo fundamental dentro de su tratamiento, siempre será el apoyo afectivo y psicológico, de los parientes de la persona, que está sufriendo depresión. Sin aquel apoyo, difícil será, que la persona salga adelante, por más tratamientos que se le apliquen.

Uno de los tipos de depresión, más complejos, es el trastorno o depresión bipolar. Aquella depresión que se caracteriza, por el paso de la tristeza más profunda, al estado eufórico más exacerbado.

Asimismo, uno de los tipos de depresión más frecuente en la actualidad, es el que ataca a las mujeres, luego del parto. Por lo mismo, se le llama depresión posparto.

Aquella depresión que inunda ala mujer, luego de haber tenido a su bebé. Depresión que debe de ser tratada, de inmediato, para que el apego de la mamá con su hijo, no tarde más de lo necesario y que no se vea interrumpida, la fase de lactancia de niño.

TIPOS DE DEPRESION

Los psiquiatras reconocen dos tipos de depresión.
Por un lado está la depresión exógena que es causada por factores familiares, sociales, perdida del empleo etc. Y la depresión endógena que es debida a factores bioquímicos del paciente, ya sean episodios de euforia, hiperactividad, trastorno bipolar etc.
Síntomas
Los síntomas se desarrollan habitualmente de forma gradual a lo largo de días o semanas. Una persona que está entrando en una depresión puede aparecer lenta y triste o irritable y ansiosa. Una persona que tiende a concentrarse en sí misma, a hablar poco, a dejar de comer y a dormir poco está experimentando una depresión vegetativa. Una persona que, además, está muy inquieta retorciendo las manos y hablando continuamente está experimentando lo que se conoce como depresión agitada.
Muchas personas con depresión no pueden expresar normalmente sus emociones (como la aflicción, la alegría y el placer); en casos extremos, el mundo aparece ante ellos como descolorido, sin vida y muerto. El pensamiento, la comunicación y otras actividades de tipo general pueden hacerse más lentos, hasta cesar todas las actividades voluntarias. La gente deprimida puede estar preocupada por pensamientos profundos de culpabilidad e ideas autoofensivas y puede no ser capaz de concentrarse adecuadamente. Estas personas están a menudo indecisas y recluidas en sí mismas, tienen una sensación progresiva de desamparo y desesperanza y piensan en la muerte y en el suicidio.
En general, los depresivos tienen dificultad para conciliar el sueño y se despiertan repetidamente, sobre todo temprano por la mañana. Es habitual una pérdida del deseo sexual o del placer en general. La alimentación escasa y la pérdida de peso conducen a veces a la emaciación, y en las mujeres se puede interrumpir la menstruación. Sin embargo, el exceso alimentario y la ganancia ponderal son frecuentes en las depresiones leves.
Cerca del 15 por ciento de las personas deprimidas, más comúnmente aquellas con depresión grave, tienen delirios (creencias falsas) o alucinaciones, viendo u oyendo cosas que no existen. Pueden creer que han cometido pecados imperdonables o crímenes o pueden oír voces que les acusan de varios delitos o que les condenan a muerte. En casos raros, imaginan que ven ataúdes o a familiares fallecidos. Los sentimientos de inseguridad y de poca valía pueden conducir a las personas intensamente deprimidas a creer que son observadas y perseguidas. Estas depresiones con delirios se denominan depresiones psicóticas.
Los pensamientos de muerte están entre los síntomas más graves de depresión. Muchos deprimidos quieren morir o sienten que su valía es tan escasa que deberían morir. Hasta un 15 por ciento de las personas con depresión grave tiene una conducta suicida. Una idea de suicidio representa una situación de emergencia y cualquier persona así debe ser hospitalizada y mantenida bajo supervisión hasta que el tratamiento reduzca el riesgo de suicidio.

DEPRESION Y ANSIEDAD DOS ESTADOS DIFERENTES
En muchos casos se confunden los estados de ansiedad con los estados de depresión. La persona que padece ansiedad, experimenta una serie de síntomas de angustia, desolación y menosprecio que puede acabar apartándola totalmente de su familia y de la vida social. En casos graves la persona puede acabar perdiendo el interés por la vida, y en casos extremos puede acabar sufriendo confusión mental, delirios, neurosis y psicosis.A pesar de ser una patología emocional, al igual que la ansiedad, la depresión causa síntomas físicos tales como:
  • Pesadez
  • Resequedad de boca
  • Indigestión
  • Estreñimiento
  • Perdida o aumento de peso exagerado   
  • Anemia
  • Alteraciones hormonales
  • Perdida del cabello
Existen consejos naturales que pueden ayudar a curar la depresión con trucos totalmente naturales, sin embargo, si la ansiedad es grave o perdura durante mucho tiempo, hay que acudir a buscar ayuda profesional para curar la depresión.
Remedios para la depresión:
Existen muchos tipos de remedios que podemos utilizar para curar la depresión, el problema es que antes de nada necesitaremos saber el motivo que está causando la misma.
Remedio 1 para la depresión (Homeopatía)
La homeopatía puede recetarnos Arsenicum album cuand la persona tiene episodios breves de depresión en los que además experimenta agitación o ansiedad. Ignatia para los estados inmediatamente después a los episodios de depresión.
Remedio 2 para la depresión (Flores de Bach)
Las flores de Bach pueden ser de gran ayuda para curar la depresión. Entre todas los remedios florales, se suele recetar olivo combinado con mostaza cuando la depresión aparece en momentos puntuales. Sauce si la depresión es por resentimiento o amargura y Castaño dulce cuando la depresión es profunda y prolongada.
Remedio 3 para la depresión (Naturopatía)
La naturopatía nos ayudará a vencer la depresión con remedios caseros, recetándonos suplementos de vitamina b, ya que ayuda a regular el sistema nervioso central. Triptófano, para aumentar los niveles de serotonina en el cerebro.
Remedio 4 para la ansiedad (Acupuntura)
Los acupuntores consideran la depresión como un trastorno hepático y es tratada muy bien con esta terapia natural.
Remedio 5 para la depresión (Plantas medicinales)
Beber dos infusiones de borraja o verbena ayuda a levantar el ánimo, la valeriana, nos ayudará a relajarnos y el hipérico es quizá la mejor planta para curar la depresión, dando en muchas ocasiones mejores resultados que los antidepresivos químicos.
Remedio 6 para la depresión 8 (Hipnoterapia)
Tal y como decía con la ansiedad, para mi es una terapia muy recomendada ya que me ha ayudado mucho, esta terapia ayuda a muchas personas a curar la depresión de forma natural.
Otros remedios caseros para la depresión:
  • Hacer ejercicio físico
  • Relacionarse y no encerrarse en casa        
  • Tener aficiones
  • Practicar ejercicios de relajación
  • Desahogarse


<>  <>Riesgo para trastorno alimentario, ansiedad, Y depresión
Universidad Nacional Autónoma de México Resumen: Con el objetivo de explorar los niveles de ansiedad, depresión, y las emociones producidas por las imágenes presentadas en los medios de comunicación, y su relación con el riesgo para los trastornos de la conducta alimentaria, se realizó un estudio test-pos test en el que participaron un total de 376 mujeres, 140 fueron expuestas a imágenes de mujeres delga-das, 127 a imágenes de mujeres con sobrepeso y 109 a imágenes de mujeres ejercitándose o comiendo de manera “saludable.” Todas las participantes fueron evaluadas con la Prueba de Actitudes hacia la Alimentación (EAT-40), el Inventario de Ansiedad Rasgo-Estado (IDARE), la lista de adjetivos de Axelrod y un Cuestionario de Emociones. Los resultados revelaron que tanto los niveles de depresión como los de ansiedad se elevan en las participantes con riesgo a trastorno alimentario después de observar las imágenes, pero que disminuyen en el resto de las jóvenes. Pero, en general, las participantes que se expusieron a imágenes de mujeres delgadas reportaron emociones más negativas hacia sus cuerpos que aquel-las que fueron expuestas a imágenes de mujeres con sobrepeso. Los hallazgos sugieren que el ideal transmitido a través de los medios de comunicación promueve emociones desagradables que pueden poner en riesgo la conducta alimentaria de las jóvenes.
Palabras clave: Ansiedad; depresión; emoción; trastornos alimentarios;
La Depresión Femenina                                           
Vista desde la subjetividad de las Mujeres. Cad. Saúde Pública [online]. 2004, vol.20, n.3, pp 818-828. ISSN 0102-311X. http://dx.doi.org/10.1590/S0102-311X2004000300019.

El objetivo del estudio fue explorar la manera en que la depresión femenina es conceptualizada, vivida y significada desde la perspectiva de las propias mujeres, sobre la base de una revisión de un material sobre el tema. La técnica de grupos focales se utilizó para presentar el texto, que versa sobre la depresión, sus causas y estrategias de afrontamiento. Veinte y siete mujeres, divididos en cuatro grupos, participaron en el estudio. Los análisis de las transcripciones de las grabaciones llevó a la identificación de cuatro categorías: la experiencia de la depresión, historia infantil, la condición social de la mujer, y estrategias de afrontamiento. La mayoría mencionó haber padecido episodios de depresión en sus vidas, a pesar de que no los había reconocido como tal. Eran conscientes del papel desempeñado por la socialización del papel femenino y los acontecimientos de la infancia en la aparición de la depresión y utilizan diversas estrategias para hacer frente a esto. Las mujeres encontraron similitudes entre las formas en que perciben la depresión y las descripciones en el texto, y compartir sus propias experiencias. La depresión fue reportada como un tema central en sus vidas, y que estaban ansiosos por hablar de ello.

IMAGEN DEL CEREBRO DE UNA PERSONA CON DEPRESION 


 

Los exámenes con escáner muestran que las personas deprimidas tienen menos serotonina y receptores de opioide y que esa variación está vinculada con los síntomas y la respuesta al tratamiento

ANN ARBOR, Michigan.— Las personas deprimidas pueden tener menos receptores que las personas no deprimidas para algunos de los químicos que causan la respuesta de "bienestar" del cerebro ante el estrés, según muestra la investigación del Centro de Depresión en la Universidad de Michigan.
Tratamiento
Las premisas sobre las que se debe asentar el tratamiento de los estados depresivos y/o ansiosos son:
­ Existen tratamientos eficaces y seguros que el médico  debe reconocer y utilizar.
­ Dichos tratamientos actúan sobre las bases patogénicas, que implican a los sistemas de neurotransmisión (serotonina, noradrenalina) e interaccionan con los condicionantes genéticos y ambientales.
­ Los antidepresivos son eficaces sobre los síntomas ansiosos asociados a la depresión, y en muchos de los trastornos de ansiedad específicos (por ejemplo, ansiedad generalizada, pánico, obsesiones).
­ La asociación de antidepresivos y ansiolíticos es habitual, correcta y carente de riesgos significativos.
Así pues, como norma general, el tratamiento de una depresión, con o sin síntomas de ansiedad asociados, debe comenzar por la administración de un antidepresivo, y a continuación valorar si es preciso o no asociar un ansiolítico.
La mayor parte de los problemas de manejo de estos trastornos derivan del establecimiento de pautas inapropiadas, no sólo por el fármaco elegido, sino por administrar dosis y tiempos insuficientes, y no tener en cuenta que la relación con el paciente es determinante del resultado.
En cuanto al tipo de sustancia, hoy se dispone de numerosos antidepresivos fácilmente utilizables en AP. El vademécum es extenso, aunque no siempre los más utilizados sean los más recomendables. De hecho hay «rutinas» de prescripción erróneas, que implican el uso de «vitaminas», «reconstituyentes», sustancias placebo, o asociaciones de psicofármacos de dudosa eficacia, para tratar esos casos tildados de «funcionales» o «neuróticos», tras los que se oculta una verdadera depresión o un trastorno de ansiedad perfectamente tratables.
Las características de un posible antidepresivo «ideal» para AP serían:
­ Eficacia comprobada en diferentes tipos de depresión.
­ Rapidez de acción (relativa).
­ Elevada seguridad.
­ Facilidad de manejo en pacientes somáticos.
­ Pocos efectos adversos.
Teniendo en cuenta lo dicho, es obligado descartar como fármacos de uso habitual los «no psiquiatras»; los antidepresivos IMAO, así como los tricíclicos clásicos, e incluso hoy día los tetracíclicos y heterocíclicos de segunda generación han sido superados. Es cierto que son fármacos eficaces y bastante seguros, pero presentan importantes efectos adversos y dificultades de manejo en enfermos somáticos, por lo que habría que reservarlos para su prescripción por el psiquiatra, o cuando haya problemas de respuesta a los antidepresivos de primera elección.